No estamos destinados, estamos programados…

Buenos días amig@s,

Antes de comenzar el día os quiero decir que no estamos destinados, sino que estamos programados.

Una y otra vez se repiten ciertos patrones de conducta, ciertos eventos que tienen desenlaces similares en  nuestra vida. Programación. Nuestra mente tiene algo en su disco duro metido que busca la manera en que se manifieste, por más que queramos decir o pensar lo contrario.

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¿Qué programación tienes actualmente?, ¿Cómo puedes romper con esa programación?
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Todos tenemos una programación, ya que nuestra forma de pensar, nuestros comportamientos, actitudes y resultados son reflejo de una programación o manera de hacer las cosas.

Hasta que no aceptes o reconozcas que tu manera de hacer las cosas son una programación, será difícil cambiar o lograr lo que deseas. Si hoy no tienes los resultados que quieres, es porque la programación que tienes no lo permite. Ahí está tu mente subconsciente, haciendo su trabajo. En ella tienes guardado todo lo que te dijeron acerca de quien eres, como debes pensar, que mereces o no, lo que la gente cerca de ti creía acerca del dinero, la abundancia, el crecer o hasta el tener éxito. Unido a esto, tu mente subconsciente tiene acumulado todas las experiencias, especialmente las negativas, como una base de datos para que te protejas o prevengas de hacer cosas que pueden exponerte.

Para romper con eso hay que trabajar de manera consistente y profunda con des-programarte.

Pero, ¿qué podemos hacer? te invito a que cuestiones todo, absolutamente todo, lo que haces en tu vida. Si te parece bien, empieza por preguntarte:

  • Si vives en el país o ciudad donde te gustaría.
  • Si tu trabajo te permite evolucionar como persona.
  • Si tu pareja te hace feliz.
  • Si vistes como te gustaría vestir.
  • Si tus amigos de siempre son realmente los amigos que te gustaría tener.
  • Si los fines de semana haces lo que realmente te gusta.
  • Si necesitas tantas cosas para vivir.
  • Si necesitas gastar tanto dinero en cosas absurdas.
  • Si comer, beber, fumar o comprar cosas compulsivamente están ocultando alguna carencia emocional.

Y también puedes dedicar tiempo a pensar:

  • ¿Qué pasaría si te propusieras cambiar de trabajo?
  • ¿Qué pasaría si conocieses a nuevas amistades?
  • ¿Qué pasaría si dedicases más tiempo a lo que realmente te gusta y te hace feliz?
  • ¿Qué pasaría si dejas de hacer lo que hace felices a tus padres pero no a ti?
  • ¿Qué pasaría si empiezas a decir NO a todo aquello que no te gusta o, simplemente, no te apetece?
  • ¿Qué pasaría si dejas de acudir a compromisos absurdos que te aburren y no te aportan nada?
  • ¿Qué pasaría si te atrevieses a soñar con un futuro mejor?
  • ¿Qué pasaría si te permitieses algún capricho de vez en cuando?
  • ¿Qué pasaría si empiezas a ser tú mism@ le pese a quien le pese?

Sabrás que has roto con esta programación cuando comiences a verte diferente ante la vida y ante muchas cosas. Comenzarás a sentirte diferente ante ciertas cosas y ante la vida. Comenzarás a desarrollar una nueva manera de pensar, de actuar, de usar tus recursos y mantendrás un nivel de enfoque, autovalía y determinación.

Llegará algo muy diferente a lo que hoy tienes. Llegará una experiencia renovada.

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