No es país para padres: ¿La ‘vuelta al cole’ afecta más a tu hijo o a ti?

Hoy, en la sección ‘No es país para padres’, toca afrontar LA VUELTA AL COLE: Los madrugones, un curso o incluso un ciclo nuevo, las normas, las tareas y deberes, escuchar las clases manteniendo la atención… todo esto parece que puede afectar a nuestros hijos, manifestándose en forma de apatía y estrés.

Durante las primeras semanas de colegio, tendremos que ayudarles a recuperar progresivamente los hábitos, rutinas y horarios. ¡Pero tranquilos! La buena noticia es que los niños tienen una facilidad enorme para adaptarse de nuevo a sus hábitos de vida de colegio.

No obstante, es bueno que nosotros les ayudemos a tener una vuelta al cole progresiva y sobre todo positiva. Por ejemplo, ir acomodando la hora de acostarse y levantarse una o dos semanas antes de comenzar el cole, para evitar que tengan sueño los primeros días. O evitar comentarios negativos que lanzamos sin darle importancia como: “bueno hijo, pues otra vez al cole…”, “se acabaron las vacaciones, ahora a estudiar otra vez”. O expresiones que apelan a nuestra propia apatía: “mañana comienzo a trabajar hijo, qué rollo”. 

Mucho mejor es comentar las experiencias agradables que supone volver al cole: recordarles que volverán a ver a sus amigos, incluso que puede que conozcan nuevos compañeros, y cómo no, que van a aprender muchas cosas nuevas este año.

Sin embargo… mochila organizada, desayuno para el recreo, libros recién comprados y forrados, qué hacemos hoy de comida, cuidado con ese programa de televisión, qué demonios es eso que está escuchando en la tablet… ¡UF! ¡Me faltan horas! Y espera a que lleguen las actividades extraescolares (idiomas, practicar algún deporte o hobby, etc.).

Muchos padres y madres tienen que hacer verdaderas acrobacias con el tiempo para organizar las actividades de sus hijos. Y mientras tanto, ellos están contentos porque vuelven con los amigos. De ahí que los psicólogos afirmen que la vuelta al cole afecta más a los padres que a los hijos, porque les obliga a cambiar de ritmo de trabajo, a obedecer a horarios estrictos, a acudir a reuniones y tutorías y un largo etcétera.

¿Qué podemos hacer? Según los psicólogos infantiles, preparar todo con ilusión e ir readaptando nuestro horario poco a poco a la agenda del cole.

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