Neuroeducación

Sabemos que el aprendizaje y la experiencia modifica nuestro cerebro continuamente fortaleciendo o debilitando las sinapsis que conectan las neuronas, generando así el aprendizaje que es favorecido por el proceso de regeneración neuronal llamado neurogénesis.

¿Cómo desarrollar una educación más eficaz desde la neuroeducación?

Desde la perspectiva educativa, esta plasticidad cerebral resulta trascendental porque posibilita la mejora de cualquier alumno. Para facilitar el aprendizaje, la neurociencia nos explica como desarrollar una educación más eficaz y eficiente:

  1. Hacer del aprendizaje una experiencia positiva y agradable. Entendiendo que el cerebro es plástico y flexible, asumimos entonces que cualquier alumno puede mejorar, especialmente si las expectativas del facilitador hacia ellos son positivas. Además, las emociones positivas facilitan la memoria y el aprendizaje mientras que la amígdala (una de las regiones cerebrales clave del sistema límbico o “cerebro emocional”) dificulta el paso de información del hipocampo a la corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas. De esta manera, un profesor tendrá la misión de generar espacios y climas emocionales positivos que faciliten el aprendizaje y la seguridad de los participantes. Respeto, escucha y empatía serán claves en una educación basada en la comprensión, dejando de lado el miedo o la ansiedad en aula.
  2. Desarrollar en clase actividades que despierten la curiosidad y la creatividad, que activa las emociones que alimentan la atención y facilitan el aprendizaje ya que por un lado el alumno deja de ser un sujeto pasivo para ser el verdadero protagonista de la formación, y por otro porque según diferentes estudios, para optimizar el aprendizaje no es importante la recompensa sino lo inesperado de la misma. Analizando la respuesta de neuronas dopaminérgicas se comprobó que se activaban cuando el organismo tenía una determinada expectativa y la respuesta conductual era mejor de lo que se esperaba. De lo anterior se concluye que, tanto en el nivel neuronal como en el conductual, lo importante para el aprendizaje es la anticipación de la recompensa y no el simple premio.
  3. Para desarrollar aun mas la atención, es bueno que en los primeros minutos de la sesión se enseñen los contenidos más importantes y relevantes y posteriormente hacer bloques que no superen los quince minutos.
  4. El facilitador debe ser activo, moverse por el aula, cambiar su tono de voz con frecuencia para manejar diferentes sensaciones en los alumnos y repetir y reiterar los conceptos varias veces para que estos los asimilen mejor (la automatización de los procesos mentales hace que se consuma poco espacio de memoria, y por lo tanto liberamos la reflexión). También sabemos que aprender jugando, mediante la colaboración y cooperación así como la práctica diaria, lejos de tanto concepto, permite progresar mucho mas y mejor a un alumno, ya que le hace liberar dopamina ya que el propio juego constituye para nuestro cerebro una verdadera recompensa
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