¿Cuáles son las fases por las que pasamos en un proceso de transformación personal?:
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El cambio se niega, se ignora o se asume pasivamente.
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Existe resistencia, evitación e incluso obstrucción.
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Comienza por una crisis de identidad, bajo desempeño, sentimientos de culpabilidad y/o fracaso … que se traducen como consecuencia en un cierto deterioro de nuestra autoestima, sufrimiento y dolor.
2. Comienzo a observar que alrededor todo evoluciona y yo estoy estático. Es una fase donde:
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Percibo que nada permanece tal y como estaba anteriormente y que yo sigo en el mismo lugar.
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Me empiezo a dar cuenta que, voluntaria u obligatoriamente, debo de comenzar a cambiar, por mi supervivencia, porque detecto que el cambio es imparable e inevitable. Levemente empiezo a experimentar vagamente la necesidad del cambio.
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Mis resistencias han bajado, se han reducido.
3. Comienzo a actuar y a aprender una nueva manera de entender y vivir. Es una fase donde:
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Actuando lentamente compruebo que el cambio es arduo. Además, cuanto más profundo es más costoso es.
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Se tiende a utilizar mismas formas de pensar, mismas formas de actuar, mismas herramientas y recetas del pasado ya conocidas que ya no me están resultando beneficiosas y rentables.
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Por lo tanto, el equipaje de conocimientos, herramientas y habilidades se quedan cortos e insuficientes. De hecho, actúan como un freno en mi desarrollo transformacional.
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A medida que voy avanzando en el proceso de transformación percibo que no va a haber un “retiro tranquilo”, “una meta” a la cual llegar y descansar, un lugar de seguridad, estabilidad y protección. Ese lugar no existe.
4. Despierta mi conciencia. Es una fase donde:
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Siento que la felicidad ya no es similar a pensar en refugio y tranquilidad, sino que la identifico con la continuidad de mi viaje, que me conduce a territorios diferentes, nuevos, desconocidos. Si pienso de esta manera, estoy comenzando a modificar mi manera de pensar, sentir, actuar y de manejar mi camino.
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Comprendo que no hay un plan cerrado sino que mi transformación es un proceso con resultado incierto.
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Reduzco la vulnerabilidad frente al miedo y al temor.
5. Estoy ya en el otro lado. Es una fase donde:
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He dejado de ser el que era.
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He abandonado del pasado todo lo que siento “viejo” conservando y/o reestructurando aquello que todavía “sirve”
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He modificado cierta parte de mi identidad y paradigmas sin por ello desconectarme del pasado.
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Hay nuevas “reformas”:
– En formas de pensar y valorar las cosas
– Con nuevas destrezas emocionales
– Hasta en mi propio estilo de vida, que ya paractico día a día
… Y le doy más valor, mucho más valor a mi tiempo. Es una nueva percepción del tiempo porque tengo una nueva perspectiva de la vida. Y el camino de transformación no para, sigue y continúa.