El mundo que hemos creado es un imposible: Llegó la hora del Retorno

Vivimos momentos en que la Humanidad siente de forma muy  agudizada la aprehensión hacia el incierto futuro en un laberinto donde nos hallamos atrapados alrededor de unos caóticos y frenéticos últimos años 2020 y 2021. Seguiremos descendiendo a las infiernos mientras  continuemos atrapados en este juego tan despiadado y engañoso como es seguir fijándonos en lo externo del mundo (y su correspondiente ilusión pandémica que ha sido añadida en una sociedad que ya de por sí viene siendo mecanicista, materialista e instrumentalista, interesada en el dinero y el poder) en lugar de buscar la autenticidad del ser humano que sin careta se observa hacia adentro de su interior porque ya no lo engaña el fascinante circo mediático, tecnológico e ilusorio que hemos ido construyendo lamentablemente entre todos.

El mundo que hemos creado a nuestro alrededor ya nos damos cuenta que es un imposible. Es deprimente y tóxico por impracticable  por lo que nos incita con vehemencia hacia el arquetipo del renacimiento, el Hombre Nuevo en una mutación posible que no es esperanzadora, sino realista. Porque es lo que toca. Una tarea renovadora en este juego de opuestos (que es esta era de Acuario que representa la unión de los contrarios) para apropiarnos del fuego que nos enciende un nuevo conocimiento hacia la consciencia del Ser, profundizadora de la Verdad. Indagamos entonces en los principios universales que rigen en el macrocosmos y que se manifiestan en el microcosmos para que se nos abran los códigos de la Diosa, Gea (mal dicho Gaia) para el despliegue efectivo de los potenciales del Ser interior que habita en cada uno de nosotros.

Estamos asistiendo a un final que es, al tiempo, también un principio de una nueva Era, la del aguador que abrevará con el “aqua sapientiae” a aquellos que colaboraren con la inevitable transformación que se está gestando: retornar al útero de la Diosa Madre Tierra, para una vez que nos contemplamos como parte de ella siendo neuronas y antenas biológicas, comenzar a conectarnos con la consciencia de la totalidad.  El universo creador, nuestro sistema solar y el planeta Tierra llevan muchos años gestando esta nueva realidad que también se ha ido insertando en nuestro inconsciente colectivo. Por fin, ahora llegó el momento. Lo único que tienes que hacer es entregarte a la observación para que te lleguen de forma sincronizada un montón de señales que sol y tierra mediante la ionosfera nos están haciendo llegar. Sólo déjate llevar y confía.

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