El agua es el alma del universo  

 

“Lo similar cura lo similar”. Samuel Hahnemann, Creador de la homeopatía

Masaru Emoto es el profeta del agua. Nos demuestra que el agua es “el alma del universo”, que es conciencia líquida, explicando que la estructura molecular del agua registra las vibraciones de sonidos, de colores, de formas, de palabras, de emociones y de pensamientos. Según Emoto, el agua graba las intenciones de cada uno. Y se las devuelve.

Sus experimentos pretenden demostrar que una gota de agua se vivifica con un pensamiento hermoso. “El agua es mensajera de Dios, y bastará con mostrarle gratitud y amor para que todo mejore”, Masaru Emoto.

Desde hace más de 25 años, Emoto explora el poder sanador del agua desde la idea de que el agua tiene memoria, puesto que el agua registra las vibraciones de cualquier sustancia disuelta en ella: la información de la sustancia queda registrada de algún modo en el agua. De hecho, en uno de sus estudios, disolvió una gota de aceite esencial de flor de cerezo en agua destilada. La congeló y luego la descongeló lentamente: fueron formándose cristales, visibles sólo al microscopio. Los fotografió y filmó. ¿Qué forma adoptaron esos cristales de agua?: ¡La de la flor del cerezo! Lo repitió con otras flores: ¡la forma del cristal siempre replicaba la geometría de la flor! ¿Por qué? “Creo que se trata de una información profunda, vibracional, que persiste y resuena: el agua la capta y la registra, y al cristalizar se visibiliza, podemos contemplar su geometría” dijo Emoto.

Otro ejemplo fue con un monje zen. Le entregó un frasco con agua de un lago contaminado que no cristalizaba armónicamente, generaba un cristal deforme y feo. El monje meditó y proyectó su beatitud sobre ese frasco de agua. Cuando cristalizó una gota al microscopio, ¡desplegó un cristal muy hermoso!, ¿qué había sucedido?: La intención del monje había modificado su estructura, confiriéndole armonía. Por tanto, a escala subatómica, el agua es capaz de captar y almacenar vibraciones de emociones y pensamientos. También ha hecho experimentos demostrando que hay 2 palabras que agradan más al agua: Gracias y amor (contienen la vibración natural de esa emoción, de la gratitud, de la intención agradecida).

Entonces, ¿qué podemos hacer con el agua para que se convierta en una herramienta de sanación energética?

  1. Baño interior previo al desayuno

Despiértate con un vaso de agua caliente! Hay quien se sorprende cuando descubre que la medicina tradicional china recomienda beber un vaso de agua caliente o tibia en ayunas por la mañana. Este pequeño ritual permite drenar los riñones, despertar los intestinos y preparar el organismo para el desayuno, la primera comida tras de horas de inactividad. Una buena manera de empezar el día y despertar suavemente el organismo es hacer un enjuague bucal con agua tibia para no irritar las encías (gobernadas por el chi -energía vital- de bazo/estómago), ni los dientes (los dientes son prolongaciones de hueso que se identifican con el chi del riñón).

Después del enjuague, bebe medio vaso de agua caliente-tibia en pequeños sorbos (puedes ponerle té verde si lo deseas). Cuanto más fría sea la bebida, más calor deberá generar el cuerpo para poder calentarla y posteriormente absorberla. Este acto de calentamiento hace que el organismo trabaje más, con lo que en lugar de refrescarnos se consigue el efecto contrario: se calienta el cuerpo para neutralizar la temperatura fría de la bebida.

También puedes beber un vaso de agua antes de irte a dormir. Sanísimo.

  1. Bendecir el agua

El agua del grifo está enferma, es mortecina, no vibra. Así lo denotan los feos cristales que genera. En la botella que tengas de cristal pega una etiqueta con la palabra gracias o amor. Tu agua se alegrará, se vivificará, se purificará: mejorará. Además, si bendices el agua con palabras hermosas, el agua registrará esa intención benévola y se carga de benéficas vibraciones. Hasta se pueden curar enfermedades con agua tratada con buenas vibraciones. “Es la medicina del futuro” dice Emoto. Bebe cada mañana un vaso de agua bendecida por ti mismo, con tu gratitud y tu intención amorosa. Trata al agua con todo el cariño… porque eres tú mismo.

3. Circular el agua que bebo previamente de vaso en vaso unas 7 veces. Activará la energía del agua. El agua activada (agua alcalina y agua ácida) se dan como resultado de la electrolisis. Es un agua con mayor concentración de hidrógeno activo. Por un lado, el agua que bebemos tiene un pH (Potencia Hidrógeno) de 7 cuando deberíamos beber un agua más alcalina (de 8 a 10pH) y otras veces más ácida, de 5,5 PH.

 

alcalina

Cada una nos dará propiedades diferentes, la alcalina es un estimulante y tonificante que desintoxica e hidrata, combatiendo enfermedades, mientras que el agua ácida favorecerá el descanso, la presión arterial, potenciará nuestro sistema inmune, etc. Para alcalinizar el agua, además de hacer circular el agua, comienza el día con un buen vaso de agua ligeramente tibio con medio limón exprimido. Otra opción será disolver 1/4 de cucharadita de bicarbonato en un vaso de agua por la mañana y antes de acostarse.

Para acidificar el agua hay que crear agua destilada: hierve el agua hasta que evapora, luego déjala enfriar y quedará sólo agua pura. Este agua habrá evaporado toda clase de tóxicos, bacterias, virus, químicos y suciedad. El agua destilada es ácida (al exponer el agua destilada con el aire comienza a absorber el CO2 del ambiente y de esta manera comienza a disminuir su pH).

El agua es conciencia. Por eso también educo a mi hijo en el respeto, cariño y amor al agua. Como dice Emoto “¡los niños sí están preparados para entender!”.

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