De emociones, optimismo y miedo. Piensa en tu salud, y llegará el éxito

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El ser humano está acostumbrado a adaptarse, modificar conductas y transformar su entorno. Aunque creamos que por nacimiento heredamos el talento, sin entrenamiento y ganas de progresar nada sirve. Incluso sin disposición genética, mucha gente lucha cada día y consigue lograr metas inalcanzables.

 

¿Somos optimistas o pesimistas por naturaleza?

¿Está en los genes de cada uno la visión que tengamos del mundo? Puede influir, pero no determinar. La importancia de las emociones, como bien afirma el neurocientífico Antonio Damasio, es crucial. Las decisiones son una mezcla de razón, emoción e intuición. Aunque nazcamos con un perfil emocional determinado, ¿quién dice que no se pueden modificar nuestra forma de sentir? Y también cabe decir que no educarnos teniendo en cuenta el lado emocional supone olvidarnos de algo vital importante en nuestras vidas.

Mantén la ilusión, atrévete a superar tu miedo, da un paso hacia adelante en medio de la ambigüedad y de la incertidumbre, sal de tu zona de confort, aprende cosas nuevas. Eso es salud. (Jorge P.)

Cuando hacemos deporte, el cuerpo se acostumbra y nuestros músculos y sistema cardiovascular se van desarrollando para adaptarnos mejor al esfuerzo; por lo tanto, al igual que los músculos del cuerpo, nuestro cerebro responde ante los retos potenciando sus capacidades.

¿Y nuestras emociones?: La zona prefontal izquierda de nuestro cerebro es generadora de emociones positivas y la prefontal derecha, de emociones negativas. Cultivar el optimismo es potenciar la región prefontal izquierda. Buscar emociones positivas, compañías que sumen, no que resten, o ver el lado positivo de las cosas, influyen en nuestra salud tanto física como emocional. Evitar las emociones tóxicas tales como “miedo, angustia, frustración, etc. es un paso más hacia la estabilidad emocional. Una vez más, cuerpo y mente van de la mano.

¿Y qué pasa con el miedo?: pues que que nos roba la felicidad. Por eso es importante avanzar y combatir los temores, pero para eso es crucial saber hacia dónde vamos. Los objetivos y las metas en la vida   – que no es otra cosa que encontrarle sentido a lo que nos rodea -, generan ilusión y ganas de combatir la incertidumbre. Cuanto más creamos que somos dueños de nuestro destino y de nuestras vidas, mejor estaremos emocionalmente.


Conclusión: si quieres y te esfuerzas, el cerebro responde de la mejor manera que puede. Se trata de intentar desarrollar todo tu potencial. Así que eso de que “yo ya no puedo cambiar, soy así” destiérralo de tu mente porque ya sabemos que no es así.

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