“Cuida tus pensamientos porque se convertirán en palabras.
Cuida tus palabras porque se convertirán en acciones.
Cuida tus acciones porque se convertirán en hábitos.
Cuida tus hábitos porque son tu vida”.
Una de las cosas que más escucho en mis sesiones de coaching es “la voz del saboteador”. Tu cerebro te sabotea todo aquello que suponga un peligro, una amenaza, un riesgo, por lo que esa voz interior te va diciendo: “no lo hagas” “no sabes hacerlo” “no puedes hacerlo” “no eres capaz de “hoy no te pongas con ello, empieza mañana” . Es una resistencia al cambio, por lo que nuestro cerebro tratará de volver a lo conocido, a lo habitual. Esto se denomina “homeostasis”. Así que, o bien te mantiene en tu zona cómoda, o bien te hace que procrastines continuamente (dejando y dejando para más adelante las cosas, sin hacerlas finalmente, o retrasándolas demasiado). Ejemplo: Si quieres madrugar, esa voz interior (esa otra parte de ti: el saboteador) te dice que mejor te quedes un rato más en la cama.
Los malos hábitos (que se aprenden), la comodidad (que te provoca pereza para cuestionarte o hacer cosas nuevas y diferentes), el miedo (viviendo en un estado de alerta permanente e inventándonos excusas que camuflan tus verdaderos temores), la culpabilidad (lamentándote día y noche por algo que ocurrió en el pasado, quedándote inmóvil y no tomes acción), el apego (conservando todo aquello que posees, ejemplo: apego hacia ropa que no usas. Recuerda que aquello a lo que te niegas a renunciar, ocupa el sitio de lo que, realmente, deseas), tienen efectos devastadores en ti, tu saboteador interno se alimenta de todos y cada uno de ellos, haciéndolos crecer aún más.
¿Qué puedes hacer?:
- Reflexiona para que la voz del saboteador no sea la voz principal de tu vida:
- ¿Qué pensamientos limitantes o negativos no me permiten avanzar?
- ¿Dónde estoy especialmente cómodo y perezoso?
- ¿Qué es aquello que me cuesta tirar, eliminar, reordenar…?
- ¿Cuándo actúo con la voz del saboteador qué hago y que dejo de hacer?
- ¿Y cuándo no actúo con esa voz sino con la mía propia, qué hago?, ¿cómo lo hago?
Se trata de descubrir cuáles son tus hábitos y creencias para entonces entrar en una segunda etapa:
- Cuestiónate para conocer en profundidad la voz del saboteador
¿quién soy?, ¿quién quiero ser? ¿qué me ha pasado entre ambas preguntas? ¿cómo recupero el tiempo perdido? Deja de ser una víctima para protagonizar tu propia vida.
3. Convierte a tu saboteador en un amigo, en alguien valioso para ti
Otra idea es descubrir qué es lo que quiere esta voz: Se trata de encontrar la intención positiva que tiene tu saboteador. Pregúntate:
¿Para qué apareces?
¿Cuál es tu intención positiva?
¿En qué quieres ayudarme?
Tu saboteador siempre tiene una intención positiva, descúbrela y empezarás a verle con otros ojos.
Por ejemplo, puede que tu saboteador se esté interponiendo en tu objetivo de emprender, de manera que tienes en tu cabeza una vocecilla que te dice:
No tienes nada que ofrecer al mundo.
Es muy arriesgado.
Vas a fracasar.
Aparentemente, no existe ninguna intención positiva detrás de esas palabras, pero si las analizas más a fondo te das cuenta de que te pueden ayudar a tener en cuenta ciertos aspectos, que de otra forma pasarías por alto.
Un mensaje valioso podría ser, “Antes de lanzarte a emprender, ten un colchón económico que te permita emprender con tranquilidad” o “No te endeudes por encima de “X””.
En realidad, más que pasar de él, lo que estás haciendo es tenerlo en cuenta, de manera que te aporte valor, en lugar de limitarte.