Un segundo es suficiente tiempo para parpadear, sonreír o comenzar un abrazo. En un segundo también puede cambiar nuestro rumbo y dirigirnos hacia un lado u otro del camino. En un segundo, que es un instante de nuestra vida, nuestra vida puede dar un giro.

De ti, de tus decisiones en el día a día, depende en buena parte de los casos que ese segundo sea de oro o sea de barro.  Tu decisión en ese momento condicionará buena parte de tu vida. De tu futuro inmediato. Así que toma decisiones inteligentemente emocionales.