Con un té en la mano, delante de un cuento infantil, escucho la canción “Domingo Astromántico” del grupo love of lesbian. Y cae esa parte de la letra “Si tu magia ya no me hace efecto, cómo voy a continuar…”. Amor y desamor.

Al principio de una relación, todo es excitante y novedoso, sin embargo, con el paso del tiempo esto va cambiando y comienzan a aparecer las rutinas. Paralelamente, comienzan los conflictos, las desavenencias que permiten que las personas nos equivoquemos una y otra vez, y a veces, es tanta la caída o el incesante número de ellas, que decepcionamos o somos decepcionados, o simplemente nos agotamos de tantas movidas. Lo mismo da. Y ese faro que te daba un norte, tu pareja, deja de alumbrar… se va… o nos vamos. Lo mismo da. Llega el momento de decir adiós, envueltos en un sentimiento de vacío existencial, para continuar por caminos diferentes.

Si deseamos obtener resultados diferentes, no queda otra opción que hacer cosas diferentes

Uno de esos muchos motivos por los cuales “me sueltas entre tanto viento…” es porque esperamos reiteradamente que sea la otra persona quien tenga que cambiar. En Programación Neurolingüística (PNL) sabemos que, si deseamos obtener resultados diferentes, no queda otra opción que hacer cosas diferentes que provoquen resultados diferentes. En ese sentido, uno por ejemplo descubre que, si creo que discuto mucho con mi pareja, ¿qué tal si empiezo por no originar una discusión?, ¿qué tal si dejo de darle tanta importancia a las cosas?, ¿qué tal si dejo de ser un generador de un clima áspero y desagradable que de seguro provocará más y más discusiones? Porque somos demasiado egoístas en muchas ocasiones para entender que una relación implica aceptar y sobre todo renunciar a cosas que debemos estar dispuestos a dar.

Una relación implica aceptar y sobre todo renunciar

“Yo mataré monstruos por ti”, eso es lo que debemos pensar y hacer por nuestra pareja. Este es el título del cuento infantil que estoy leyendo en esta fría tarde, un cuento de Santi Balmes, cantante de love of lesbian. Cuenta que una niña llamada Martina tiene miedo cuando se acuesta por las noches. Cree que bajo el suelo se esconde un mundo igual que el nuestro, pero al revés. Cada persona y cada edificio tienen su propio reflejo en ese mundo que tiene una peculiaridad: está habitado por monstruos de colores que caminan con la cabeza hacia abajo. Martina cree que, si un día se ponen de acuerdo y saltan todos a la vez, la frontera entre ambos mundos desaparecerá. Pero un día, cuando Martina cierra los ojos y se queda dormida, su brazo cae de la cama y entra en contacto con ese mundo plagado de monstruos donde conocerá a uno de ellos. Aunque sé que el cuento nada tiene que ver con lo que estoy hablando, sí me da una proyección: si somos capaces de ponernos de acuerdo, aun viniendo de mundos y sensaciones diferentes, como nos dice el cuento, los límites entre ambos se borrarán.

Así que, como en el cuento, esta noche, mientras duermo a tu lado, dejaré caer mi brazo en tu cuerpo, sabiendo que ya no me soltarás entre tanto viento, lo recogerás en un cálido abrazo, haciendo tu magia efecto en mí.

Y yo mataré miedos por ti.