Cambiar el mundo no requiere de grandes esfuerzos, de hecho es más fácil y sencillo de lo que puedes imaginar, y conseguir un mundo mejor es algo que puedes lograr. Tan sólo a través de tu acción, de tu poder individual.

Un gesto, acompañado de una pequeña acción, puede cambiarlo todo.

El pasado lunes estaba trabajando fuera de España, en la ciudad de Santiago (República Dominicana). Saliendo a la calle, me encontré una perrita callejera tumbada entre la acera y la calle que sangraba por boca y nariz, gota a gota, incesante. Observé que la gente que pasaba la miraba pero seguían de largo. Al rato, inquieto, me acerqué a la perrita y a las personas que iban por la calle y les preguntaba que pudo pasarle a la perrita. “Parece que la han chocado” (un coche tal vez pudo golpearla). Poco a poco, se iban parando dos, tres personas, la miraban, hacían algún comentario y se marchaban, aunque alguna que otra se iba quedando.

Comencé a expresar que se podía hacer, “no podemos dejar en estas condiciones a este pobre animal”, “¿alguien sabe de algún lugar que vengan a recogerla?”, indicaba. Fui llamando la atención de algunas personas: me decían que en este país las cosas eran así, que nadie se haría cargo de un perro que vive en la calle. Finalmente, una persona me expresó que relativamente cerca del lugar donde estábamos había un veterinario, pero eso iba a costar plata. Lo convencí para que se acercara al lugar y que pidiera traer un vehículo para transportar a la perrita. Pasado un tiempo, vino una camioneta del veterinario con jaulas de animales, paró y solicitó quien se iba a hacer cargo del animal. Me responsabilicé de ella, di mis datos personales y se la llevó.

De regreso a la empresa donde estaba trabajando, y dentro del equipo de Recursos Humanos donde estoy desarrollando un proyecto, comenté lo ocurrido. Se interesaron por ese animal al instante. Y comenzamos a gestionar entre tod@s,  por un lado llamando al veterinario pidiendo información sobre los avances de la perrita, haciéndonos cargo de los gastos, y por otro buscando un lugar donde en caso se recuperara tuviera un hogar.

Jorge Palacios llevando al veterinario a una perrita moribunda

Y el resto es historia: durante toda la semana hemos estado atentos a su recuperación, ya que llegó en un estado tan lamentable que hasta una transfusión de sangre tuvieron que hacerla. Tenía todos los parásitos del mundo, comprobando que no había sido golpeada por un coche, sino que uno de esos parásitos, se había alojado en los glóbulos rojos de la sangre, lo que la ocasionaba no parar de perder día a día sangre, constantemente.  César y Ada, los veterinarios, la pusieron un tratamiento para cortarla de forma inmediata ese chorreo de sangre. El proceso además se complicó pues las pruebas también dieron que estaba recientemente embarazada. Hoy ya tenemos un lugar donde se puede quedar, en buenas manos, cuando la den de alta mientras buscamos un hogar. De hecho, ya tenemos personas interesadas en ella.

Recuperacion de la perrita en el veterinario

Quiero con estas palabras hacer un homenaje a muchos héroes y heroínas anónimos que hacen que al salvar una vida salven al mundo entero. Al equipo de Recursos Humanos de la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, por su entrega , apoyo y ayuda, dándome la sorpresa finalmente que se había tomado la decisión que la empresa sufragaría los gastos de las pruebas y el tratamiento.  A César Torres y Ada Frías, los veterinarios de Vetboca, que también han tenido la voluntad de compartir gastos y que con tanto cariño han cuidado a la perrita, que hoy además ya tiene un nombre, Dona.

Gracias a tod@s!!. Juntos podemos cambiar pequeñas grandes cosas.

un pequeño gesto puede cambiar grandes cosas