“La vida no te sucede a ti. Sucede para ti. Siempre tendrás dos opciones: amor o miedo. Y no vuelvas a dejar que el miedo te convierta en contra de tu corazón. Todo lo que quedará en ustedes será lo que había en tu corazón” – Jim Carrey

En muchas ocasiones, sentimos que somos víctimas de las circunstancias. Porque cuando tenemos problemas creemos que los problemas parecen sucedernos solo a nosotros. Lejos de este paradigma, creo que la vida es un regalo, eso sí, un regalo que te tienes que ganar día a día porque eres responsable de lo que te ocurre. Eres el dueño de lo que piensas y esto, a su vez, te convierte en dueño de lo que sientes.

“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. Está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos” – Buda

No podemos dejar que la vida pase sin más. Hay que ponerle actitud a las cosas. Es por eso que debemos revisar lo que estamos viviendo y cómo lo estamos haciendo. La vida tiene gran parte de control y muchas cosas sí dependen de nosotros. Así que, si esto es cierto, vivir no es ni más ni menos que tratar de vivir una vida que valga la pena vivirse de acuerdo a nuestros valores. Se trata de desatar “los nudos de la mente”, es decir, abandona todo aquello que te impide continuar, que te ahoga.

Desatar estos nudos es alinear aquello que piensas con aquello que sientes para que sea coherente. Si piensas en algo que no te gusta, tal vez te enojes. Pero si eliges que quieres sentirte de otra manera tiene que pensar de otra manera. Así que eliges que no deseas enfadarte porque te preguntas si vale la pena que te sientas así.

Esta forma de pensar ayuda y mucho ya que te das cuenta que tus problemas no cambian por el simple hecho de enojarte y por otro te puede dar nuevas ideas y alternativas si enfocas desde otra visión el problema. Sin enfado alguno. Se trata del enfoque que le des a cada uno de los acontecimientos de tu vida.

La vida no es algo que te sucede, sino algo que HACES QUE TE SUCEDA.