El mundo de las relaciones estables se tambalea: separaciones, divorcios diarios, relaciones sexuales entre amigos, el fenómeno individualista llamado singles, infidelidad por todas las esquinas… ¿nuestra moderna sociedad, basada en un considerable materialismo ha cambiado los patrones del amor? No llego a adivinar cuál es la razón de peso, lo que sé es cuál es su fantasmagórica consecuencia: insatisfacción.

A pesar de que supuestamente cada vez tenemos más y más, nuestra insatisfacción crece y crece, llenándonos de una especie de vacío existencial que nos conduce a buscar fuera de nosotros mismos algo que nos emocione de verdad, que nos haga sentir distintos, aunque solo sea por un espacio ridículo de tiempo. Pero ni con esas, estas caprichosas e infantiles aventuras que tienen consecuencias devastadoras para uno mismo y para la otra persona que también permite este falso juego nos llena. Y volvemos al nihilismo y al aburrimiento.

Si quieres seguir jugando a esto, tú mismo, si quieres romper ese oscuro patrón, entonces ámate de verdad y ama a tu pareja. Valórate tal y como eres. Madura como persona, aprende a disfrutar de tu propia soledad, y en ningún caso, repito en ningún caso, seas un parásito de tu pareja. Si estás, estás… y sino, vete a paseo. Porque amar es una elección, tuya y de nadie más, sin querer poseer a nadie como si fuera un objeto, sin nada a cambio, entregándote sin mendigar, y encontrando a través de tu pareja, tu propio yo, tu propia identidad. Otro tipo de amor te hará encontrar la felicidad.