“¿Existe una máxima que debería ser la base de las acciones que uno toma a lo largo de su vida? Seguramente es la máxima de la compasión: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti” – Confucio

Tenemos la enorme libertad de poder comportarnos como lo deseemos. Otra cosa es que nuestro comportamiento sea positivo o negativo para uno mismo y/o para los demás. Karma es una palabra en sánscrito que se traduce como “acción” y se refiere a las consecuencias de dicha acción.

La ley del Karma es sencilla de entender: lo que dejamos en el universo es lo que vuelve a nosotros (de forma menos espiritual es lo mismo que decir que lo que sembramos es lo que cosechamos). Si te das cuenta, es una ley muy racional: es la causa y efecto, es decir, cuando haces algo bueno, te vuelve algo bueno. Y cuando haces algo malo, te vuelve algo malo. Lo que hacemos regresa a nosotros.

Es un ciclo positivo, que te puede empujar a seguir progresando y ser feliz o, por el contrario, pensar que independientemente de que te comportes adecuada o inadecuadamente tu situación no va a cambiar, entrando en un ciclo negativo e infelicidad.

Así que, de ti depende que creas las opciones que quieras tener en tu vida. Apuesta por ti. Ten confianza en tu decisión, actitud y trabajo. No te enfades, no te preocupes, deja trabajar al Universo.

La ley del Karma también nos dice…

-Bueno o positivo es todo aquello que cuando lo haces no te perjudica ni te daña, ni a los demás, ni al ambiente. Y malo o negativo es todo lo que al hacerlo o decirlo te daña, daña a otros o perjudica al ambiente.

-Quien se pasa la vida odiando, envidiando, deseando el mal ajeno, queriendo vengarse o siendo egoísta, está creando un campo energético negativo que se vuelve contra sí mismo.

-Lo que te niegas a aceptar, te va a seguir ocurriendo.

-Solo tú tienes el control de tu vida. Cambiar interiormente es crecer. Solo está en ti cambiar y no las personas o cosas que te rodean.

-Karma no es lo mismo que destino. Este último se va forjando en base a nuestro Karma, lo vamos escribiendo día a día con nuestras acciones.

-Cada vez que hay algo que no funciona, hay algo que no funciona en ti. Lo que nos rodea nos refleja, y reflejamos lo que nos rodea. Asume tu propia responsabilidad.

-Cada paso lleva al siguiente paso y así sucesivamente. Todos estamos conectados en pasado, presente y futuro. Aprende de lo sucedido para seguir avanzando.

-No se puede pensar en dos cosas al mismo tiempo. Sube peldaño a peldaño.

-Los viejos pensamientos y hábitos son los que te impiden renovarte. Disfruta del presente y deja de mirar atrás.

-Que no te falte el amor a ti mismo, dando a los demás. Que no te falte amar tu lugar en el mundo.

-Pon todo tu corazón en cada acto porque cada contribución que hagas es también una contribución a la totalidad.

En resumen, amig@s, somos responsables de todo lo que sucede en nuestra vida, como de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Es fruto de los actos y elecciones hechas por cada uno de nosotr@s.