No hay mejor forma de ponerle buena cara al comienzo de tu semana que con una sonrisa. Además, ya sabes: la sonrisa es contagiosa, es un efecto multiplicador.

Si tú sonríes, generarás a tu alrededor un clima de positividad y buenas vibraciones.

Tu sonrisa inundará tu entorno de alegría. 

Incluso cuando existan momentos más duros en tu vida, será tu propia sonrisa la que te alimente el corazón con el mayor optimismo posible. La sonrisa en muchas ocasiones es el resultado de un estado de bienestar o placer, pero en otros casos el simple hecho de sonreír nos hace sentir mejor.

 

“Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante”. Charles Baudelaire

 

De hecho, un estudio llevado a cabo con técnicas de neuroimagen ha demostrado que la sonrisa de otra persona activa nuestro propio circuito de recompensa. Por eso es tan importante para las personas que pasan por un mal momento estén en compañía de personas y que estas les sonrían de un modo amable y genuino. Si, además, son capaces de utilizar el sentido del humor, aún nos podrían ayudar más.

Creemos y fomentemos entonces entre tod@s una enorme epidemia de sonrisas, porque como dicen, esta es el pegamento social y además, al parecer, nos ayuda a ser más longevos y a cambiar las emociones.