Acabo de ver una película distinta, contada con mucho sentido del humor, que me ha tocado la fibra sensible. Una historia enormemente emotiva: La película francesa Intocable (Intouchables).
Nos cuenta el choque cultural al mismo tiempo que la unión que se produce entre un rico inválido tras un accidente en parapente y una persona negra de los suburbios, su auxiliar de ayuda.
Es una historia basada en hechos reales que muestra perfectamente maneras distintas de ver la vida. Y de vivirla. Maneras distintas de afrontarla. Valores tradicionales frente a valores nuevos. Pero ambos con miedo.

“La invalidez da miedo y te recuerda la fragilidad del cuerpo, también la incapacidad social da miedo, y la pérdida de clase. Todos estos miedos se suman y se mezclan con el humor” – Los directores.

Juntos, con coraje y sobre todo poniéndole una gran dosis de humor a la vida, se enfrentan a sus miedos, a sus limitaciones y también a los prejuicios de los demás. Y el mundo de uno es aprendido por el otro y viceversa, a través de sus experiencias compartidas. Aprender de las diferencias de cada uno, de los opuestos. Y es en esta geografía emocional, donde ambos se encuentran, donde surge el cambio y una nueva forma de vivir la vida. Poniéndole un punto positivo a las cosas.

Tal vez por eso, se ha denominado a la película “anticrisis”. Tal vez por eso ha arrasado. Es ya la 3ª película más vista de la historia en Francia.

Una película optimista. Elegante. Con clase. Cine de altura. Me llenó de energía.