Igual que un bebé, que cuando llega a dominar nuevas habilidades es cuando comienza a preparar el siguiente salto mental, nosotros podemos hacer lo mismo y, así, cambiar drásticamente nuestra vida.

¿Cómo dar un nuevo salto mental?

Sabemos por estudios científicos que el ejercicio físico aporta calidad de vida y bienestar. Al liberar endorfinas en tu cerebro, te sentirás con mucho mejor ánimo, más positivo y con una sensación de mayor bienestar, haciéndote más disciplinado y determinado. Combate también el estrés diario, reduciendo la ansiedad y contribuyendo a que nuestro cuerpo tenga un nivel más alto de tolerancia al dolor. Y, por supuesto, contribuye a tener un cerebro más potente, ya que el ejercicio aumenta nuestra capacidad cerebral al crear más células y conexiones a nivel cerebral, provocando obtener una mejor concentración, aprendizaje y capacidad mental en nuestras actividades. El ejercicio es la mejor manera para lograr sentirse bien, con mayor confianza y autoestima.

Nietzsche aseguraba que “sin música, la vida sería un error”. Definitivamente, la música es un recurso valiosísimo para estimular la alegría, favorecer una mayor atención, fortalecer nuestra memoria y ocasionarnos una sensación de calma de nuestras dolencias. Según un estudio de Health Science Center de la Universidad de Texas, los médicos que escuchaban a Mozart mientras realizaban una colonoscopia, aumentaron sus tasas de detección de pólipos por encima de la media. La investigación sugiere que la música mejora el rendimiento.

Cerebro y meditación parece que se llevan de maravilla. Un estudio de la UCLA nos demuestra que aquellas personas que practican la meditación con frecuencia, tienen un cerebro más joven, retrasando el envejecimiento de nuestro cerebro. Además, aumenta la atención, posee efectos antidepresivos al reducir síntomas de ansiedad, depresión o dolor. Incluso como nos dicen en Harvard, aumenta el tamaño de ciertas regiones del cerebro, concretamente el hipocampo (zona de memoria y aprendizaje) y otras regiones que juegan un papel en el procesamiento de las emociones.

Mientras tu duermes, tu cerebro se recicla y limpia. El doctor P. Murali Doraiswamy, investigador del cerebro en Duke University en Durham, Carolina del Norte, nos explica que mientras dormimos, nuestro cerebro repara el desgaste del uso diario, ya que el sistema glinfático elimina las toxinas del cerebro producidas por los miles de estímulos diarios que el cerebro procesa, así que una parte importante de nuestra memoria se activa para almacenar y ordenar esa información recibida a lo largo del día. Pero para eso, es necesario dormir entre 7 y 8 horas diarias. De lo contrario, al cerebro no le da tiempo procesar y con el tiempo se convierte en un caos.

Reírnos libera “opiáceos mentales” (neurotransmisores como las endorfinas secretados por la glándula pituitaria del cerebro, que tienen un efecto similar a la morfina, y también liberamos dopamina (provocando estados de bienestar). La risa nos permite ver el más positivo de las cosas.