El desarrollo de la inteligencia emocional en nuestros hijos les ayuda a comprender sus propias emociones para posteriormente regularlas adecuadamente, promoviendo una mayor apertura y expresividad de sus sentimientos y cómo comunicarlos de forma más eficiente. Esto sin duda les ayudará a reducir sus niveles de ansiedad y a aprender a afrontar mejor cómo resolver sus problemas y conflictos.

Tuve recientemente la oportunidad en Madrid de ayudar a un amigo con su hijo a través de unas “sesiones infantiles de coaching” y, en mi experiencia, encontré algunos elementos que quizás pueden serte de utilidad con tus hijos:

Tendemos a eliminar las emociones negativas de los niños

Tendemos a eliminar las emociones negativas de los niños o incluso a distraerles con otras cosas con tal de cerrar esa emoción que está padeciendo. En lugar de eso, respeta su emoción y no la reprimas, sino todo lo contrario: haz que las nombre y las verbalice para que tome autoconciencia de dicha emoción y, de esta manera, le encuentre un significado.

Posteriormente, explícale a tu hijo qué siente y por qué

Posteriormente, explícale a tu hijo qué siente y por qué. Es una forma también de ampliar su “vocabulario emocional”, es decir, que aprenda a ponerle nombre y apellidos a lo que siente. Al mismo tiempo, es la forma de que vaya reconociendo sus emociones.

Para ello, es importante que respetes a tu hijo por ser lo que es y cómo es, con aquello que le gusta y le disgusta, así como expresarle tus sentimientos, porque decirle cómo te sientes y la razón por la cual te sientes así hace que lo ayudes a conocer aún más el mundo emocional y que crezca y potencie su autoestima.