Amigos… Se acabaron las vacaciones y toca regresar al trabajo, algo que para nuestro cerebro no siempre es fácil. Irritabilidad, sensación de apatía, desánimo… si te ocurre esto, estás sufriendo estrés postvacacional.

Si estás irritable, tienes sensación de apatía o desánimo, estás sufriendo estrés postvacacional

A todos nos pasa. Hemos cambiado nuestros hábitos durante las vacaciones, hemos modificado nuestros horarios y nuestras horas de sueño. Saber adaptarnos rápidamente para, como dicen los neurobiólogos, continuar regalando sensaciones optimistas y positivas a nuestro cerebro es clave para obtener de él energía, buena vibra y dinamismo.

Algunas recomendaciones:

Hacer ejercicio

Volver a ejercitar el cuerpo es lo mejor que hay para cargarnos de energía, y ganarle la batalla al estrés postvacacional. Ya sabes, entre múltiples beneficios, con el ejercicio liberas endorfinas a través de una glándula que está en la base del cráneo, lo que redundará en un incremento sustancial de tu ánimo y autoreconocimiento.

Dormir bien

Hay que volver a recuperar en los siguientes días, poco a poco, nuestros horarios de sueño. La melatonina (hormona que se segrega al dormir) nos ayuda a restaurarnos y a aumentar el contenido de serotonina en el hipotálamo.

Por eso, es importante dormir de 7 a 8 horas al día. Y cuanto más a oscuras mejor.

Seguir aprendiendo cosas nuevas

 Volver al trabajo y volver a la rutina puede ser desmotivador para el cerebro. Intenta, dentro de las posibilidades que tengas, probar cosas nuevas e incluso aprender tareas que todavía no conozcas. Con nueva información y aprendizaje, el cerebro generará dopamina, una hormona que te hará sentir más alegre al afrontar con determinación tu responsabilidad.

También es muy bueno intentar hacer tu trabajo lo mejor posible. Y eso sí: siempre con una sonrisa.

Soluciona y resuelve los problemas en el momento que aparezcan

También nos ocurre que tenemos en muchos casos que volver a solucionar situaciones y/o tomar decisiones rápidas y eficaces. Todo esto le acarrea cierta ansiedad a nuestro cerebro. Solucionar uno a uno cada problema que vaya surgiendo en el menor tiempo posible incrementará la dopamina, haciéndote sentir más seguro y confiado.

Además, tendrás la sensación de premiarte cada vez que consigues resolver algo.

Y una última muy peculiar: Acaricia y abraza

Somos animales sociales, y por lo tanto, interactuar a través del lenguaje verbal y táctil con otros es tan necesario como comer.

¿Sabías por ejemplo que abrazar a los demás nos aporta más fortaleza a nuestro sistema inmunológico y por ende previene las enfermedades?

Así que te propongo que, en tu periodo de adaptación postvacacional, abraces a tus compañeros de trabajo y cuando llegues a casa, acaricies a tus seres queridos todo lo que quieras. Cuanto más, mejor. Ya verás cómo lo notará tu cuerpo y tu cerebro.