No es sencillo detectar el talento. Llevo más de 15 años descubriendo diamantes y evaluando miles de personas en decenas de países. Una de las herramientas que utilizo para identificar el potencial talento en las organizaciones son los Assessment Centers, que son sesiones en las que varios expertos observan los comportamientos de diferentes participantes en las pruebas y simulaciones que se hayan diseñado a tal fin, con el objetivo de evaluar la adaptación o encaje de los mismos a un perfil definido.
Acabo de regresar de San José de Costa Rica de desarrollar un nuevo Centro de Evaluación para el Centro de Operaciones de una entidad financiera, con el objetivo de mirar al futuro, ampliar la perspectiva sobre cada persona evaluada y sobre su futuro desarrollo, aportando las pistas a la organización para reducir las brechas entre lo que quiere y lo que es.
Y lo hacemos de forma lúdica y altamente divertida, para que los participantes no se sientan juzgados en el momento de trabajar en las diferentes dinámicas de grupo y simulaciones que realizo. De hecho, la evaluación competencial está diseñada bajo el esquema de un verdadero taller de formación, puesto que creo firmemente que en todo momento y lugar se puede, con seguridad, seguir aprendiendo. En este caso, hemos estado analizando competencias ligadas a puestos de nueva creación y configuración (planificación y organización, toma de decisiones, habilidades de comunicación, gestión de personas, liderazgo personal, actitud de servicio). Mediante pruebas, entrevistas en profundidad y simulaciones encontramos personas que aparentemente parecen rocas, y en cuanto las empezamos a conocer brillan como piedras preciosas, únicas y singulares.
Qué bonito es mi trabajo.
